Una mirada a través de las estadísticas
En la última nota pudimos examinar la evolución de nuestro sistema previsional tanto en lo que respecta a su financiación como a la cuantía de los beneficios proporcionados a sus beneficiarios. Hemos visto que cuando el sistema era superavitario, sus excedentes no fueron adecuadamente invertidos a fin de preservar los beneficios que originalmente otorgaba. Las consecuencias fueron, como vimos, un descenso permanente del nivel del haber medio en términos reales, con una leve recuperación en los últimos años.
En esta nota podemos observar otras estadísticas interesantes que muestran otras características de nuestro sistema previsional.
La tasa de sustitución del salario
La tasa de sustitución del salario o tasa de reemplazo es el cociente entre el haber medio y el salario medio de la economía. Nos indica, en promedio, de qué poción del salario de quienes se encuentran en actividad disponen quienes se encuentran en pasividad. También su evolución y tendencia nos puede indicar cuál es la reducción de los ingresos que esperamos tener una vez que nos jubilemos.
Observando la figura que exponemos más abajo vemos que la tasa de sustitución del salario alcanzó su pico máximo entre 1950 y 1955, con valores entre el 80% y el 90%. Su valor fue descendiendo abruptamente en los años sucesivos, llegando a su valor mínimo entre los años 1991 y 1992 con un 30% de tasa de reemplazo, recuperándose posteriormente. A diciembre de 2008 era de un 42% aproximadamente.


La evolución del haber mínimo
Este es otro importante indicador de las prestaciones del sistema previsional. Entre la década del 50 y el 70, los haberes mínimos representaban aproximadamente un poco más del 50% de los haberes promedios del Sistema. Ese porcentaje fue incrementando hasta que en los 80 llegó a ser en promedio el 87%, lo cual es un fuerte indicador del deterioro que llegó a tener el sistema. En 1989, año de más bajo haber promedio en toda la historia del sistema, el haber mínimo era muy cercano al haber promedio del sistema, concentrando más del 76% de los beneficiarios del régimen jubilatorio. La combinación de licuación de los beneficios y el colapso financiero del sistema fueron la causa de ello.
Hemos visto que a partir de 2004 el haber medio fue recuperándose con una fuerte suba de los haberes mínimos pero también de los haberes en general. Sin embargo a diciembre de 2008 el haber mínimo representa el 74% respecto del haber medio y concentra al 73% de los beneficiarios, debido al fuerte número de pasivos incorporados desde el año 2006 a la fecha que cobran el haber mínimo.
Los beneficiarios
Como es de esperar, la población de personas que reciben beneficios fue creciendo a medida que transcurrieron los años. En el gráfico podemos apreciar la evolución desde 1950 en donde existían unos 208.000 hasta diciembre del año 2008, con unos 4,7 millones de beneficiarios, lo que equivale a una tasa anual promedio del 6,8%. Naturalmente, en los primeros años la tasa de crecimiento es mayor, debido a que el sistema previsional estaba en sus comienzos y partía de pocos beneficiarios. Sin embargo entre los años 2006 y 2007 se incorporaron casi 1,5 millones de beneficiarios, lo que equivalió en sólo esos dos años a un crecimiento del 45%. Debe aclararse que estos nuevos jubilados prácticamente no habían hecho aportes en el pasado.


Los aportantes
Por último tenemos que referirnos a quienes realizan sus aportes al sistema, los aportantes.
Si analizamos las cifras desde 1980, podemos decir que hasta 2004 prácticamente se mantuvieron en la misma cantidad (unas 6 millones de personas), a pesar de un incremento de la población en el orden del 37% durante ese período.
En los últimos 4 años se han incorporado unas 2 millones de personas como aportantes, lo que implica a la fecha un total de 8 millones de personas.
En 1980 los aportantes equivalían al 38% de la población económicamente activa. Actualmente los aportantes representan el 46% de la población económicamente activa, siendo un 83% en relación de dependencia, un 3% autónomos, un 11% monotributistas y el 3% restante personal doméstico.

Todos estos guarismos nos dan una idea de cómo evolucionó nuestro sistema previsional y hacia dónde podría ir. En nuestra próxima nota podremos tener una mirada aún más prospectiva.
Fuentes para crear los cuadros:
Diéguez y Petrecolla: Estudio Estadístico del Sistema Previsional Argentino 1950-1972
Secretaría de Seguridad Social: Fuentes varias