Comparándonos con otros países
Resulta interesante comparar nuestro Sistema de Seguridad Social con el de otros países en una serie de indicadores:
Aspectos demográficos (OIT, 2009)

La tasa total de dependencia es la relación entre la población menor a 15 años sumada a la mayor de 65 años y la población total. La tasa de dependencia por vejez es la relación sólo entre la población mayor a 65 años y la población total. La expectativa de vida, tanto de hombres como de mujeres, es al nacer.
Este cuadro muestra que Argentina con respecto al promedio de América Latina, tiene una tasa de dependencia mayor (tanto la total como la de vejez) y una mayor expectativa de vida. Con respecto al promedio de Europa, la tasa de dependencia total es muy parecida, mientras que la de vejez es mucho menor.
Tasa de reemplazo (OECD, 2009)
Si tomamos el salario medio mensual del personal en relación de dependencia a febrero de 2010 ($ 3.154), la tasa de reemplazo de nuestro Sistema Previsional es del 59% para alguien con 30 años de servicio, tasa que coincide con el promedio de los países de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Otras comparaciones son:

La tasa de reemplazo mide la relación entre el beneficio jubilatorio medio y el salario medio de la economía.
Este cuadro nos muestra que el beneficio otorgado por nuestro Sistema de Seguridad Social se encuentra aproximadamente en el promedio del que otorgan los países desarrollados del mundo.
Aportes y contribuciones a la Seguridad Social (ISSA, 2009)
Los aportes y contribuciones a la Seguridad Social como porcentaje de los salarios equivalen en nuestro país al 21%. La comparación con otros países es:

Este cuadro nos muestra que los aportes y contribuciones medidos como porcentaje de los salarios en nuestro país se encuentran más bien dentro de niveles altos comparado con otros países.
Gasto en Seguridad Social como porcentaje del producto Bruto (ISSA,2009)
El gasto en Seguridad Social como porcentaje del Producto Bruto es:

En el gasto como porcentaje sobre el producto bruto, nuestro país se encuentra alineado con el promedio de América Latina y bastante alejado de Europa.
Algunas reflexiones finales
Recorriendo la historia indudablemente nuestro Sistema Previsional desde el momento de su masificación ha tenido una serie de idas y venidas que le ha restado gran parte de su previsibilidad: promesas de beneficios que no han podido ser cumplidas, cambios en la modalidad de financiación del Sistema, colapso financiero, cambio estructural a un Régimen de Capitalización Individual, vuelta a un Régimen de Reparto, entre otras cuestiones.
No podemos ignorar que todos esos cambios fueron realizados en distintos momentos de crisis económicas y políticas que naturalmente tuvieron una gran influencia, por lo que si queremos analizar qué puede ocurrir con el Sistema Previsional hacia adelante tendríamos que prever cuál es nuestro horizonte sobre todo desde el punto de vista económico, lo cual en nuestro país representa todo un desafío. El hecho que el 44% de las prestaciones se financien con impuestos, además de los aportes y contribuciones, da muestras de ello.
El Gobierno actual ha tenido una política de inclusión muy activa, incorporando al Sistema casi 1,5 millones de beneficiarios sin los requisitos que el Régimen establecía para obtener los beneficios, así como también adoptó el criterio de mejorar los beneficios a través de la actualización de éstos semestralmente. El gran desafío para la actual y las futuras administraciones es cómo continuar mejorándolos, lo cual implica que los incrementos de las prestaciones deberían superar la inflación verdadera, lo cual en el corto plazo parece difícil.
En conclusión, el futuro de nuestro Sistema Previsional va a depender de cuán bien nos vaya económicamente en el futuro y cuán ordenados seamos, especialmente en el orden jurídico y fiscal, y que el Sistema otorgue beneficios viables y sustentables en el tiempo.